Existe el mito de que la obesidad se hereda y es muy común escuchar expresiones como “tengo sobrepeso porque mis papas lo tienen… ya viene de familia” sin embargo la mayoría de las veces, es sólo uno de los miles de pretextos que se utilizan para no aceptar la responsabilidad de cuidar nuestro peso y salud. Si bien es cierto que existe el factor heredo familiar que interviene en el proceso y desarrollo de la obesidad, en más del 90% de los casos lo que en realidad se hereda son los malos hábitos nutricionales y estilos de vida poco saludables.
En la mayoría de los casos el hogar se convierte en un ambiente obesogénico (conjunto de acciones que promueven el aumento de peso) que se replica generación tras generación y define las conductas y hábitos de la familia aún antes de nacer. Aquí la pregunta sería, ¿qué está sucediendo en mi casa que la convierte en un ambiente obesogénico? Tal vez podríamos identificar que la actividad física es muy poca y sólo se limita a lo indispensable para mantener el hogar limpio, se dedica mucho tiempo al televisor, internet y videojuegos; la comida industrializada se encuentra a la mano y lista para consumirse en cualquier momento como galletas, jugos embotellados, refrescos, cereales comerciales, dulces y golosinas, además no se tienen horarios de alimentación y comemos hasta llenarnos.
Los ambientes obesogénicos no se limitan al hogar, están presentes en todas partes, sin embargo si comenzamos a realizar cambios en casa y desde ahí educamos a nuestra familia para que adopten hábitos saludables, tendremos más herramientas para mantener un estilo de vida saludable y trasladarlo a cada actividad de nuestra vida.
Por donde comenzar:
Transformemos nuestro hogar en un ambiente saludable!
Por: Ana Luz Ortega González
Lic. en Nutrición
Fuente:
http://www.scielo.org.mx/scielo.php?pid=S1665-11462008000600019&script=sci_arttext&tlng=pt
http://congreso.med.unne.edu.ar/revista/revista197/5_197.pdf